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La asimetría entre el gobierno y los contribuyentes

Por: Arturo Damm (@ArturoDammArnal)

 
16 de Agosto del 2016

En el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.

La asimetría entre el gobierno y los contribuyentes

Por: Arturo Damm Arnal (@ArturoDammArnal)

La tarea esencial del gobierno, a la cual no puede renunciar sin dejar de serlo, es garantizar los derechos de los ciudadanos. Entre ellos se encuentran, como parte del derecho a la libertad individual, el derecho a trabajar y a transitar, tal y como se apunta en la Constitución. En el artículo 5 leemos que “a ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos”. En el artículo 11 se apunta que “toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes”. En el artículo 5 se reconoce y garantiza el derecho a la libertad para trabajar y en el 11 el derecho a la libertad para transitar, derechos que las leyes, el Estado y sus gobiernos deben reconocer plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente, tal y como sucede, al menos en la Constitución, en México.

En el artículo 87 constitucional leemos que “el presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquel, la siguiente protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que reconoce y garantiza, entre otros, el derecho a trabajar y a transitar, mismos que el presidente Peña Nieto no ha “hecho guardar” a quienes una y otra vez, ante la impotencia y/o falta de voluntad de su gobierno, los violan impunemente.

Me refiero a las marchas, plantones y bloqueos de la CNTE, que violan en Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, los derechos a trabajar y a transitar (recordando que para trabajar hay que poder transitar), reconocidos y garantizados en la Constitución, pero no defendidos en la práctica por quien juró, ante la Nación, “guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, sin olvidar que muchos de los bloqueos se dan en carreteras federales, cayendo dentro de la jurisdicción del Gobierno Federal, que encabeza Peña Nieto.

Ante tales violaciones, que ya han tenido repercusiones económicas negativas, empresarios agrupados en torno a la Concanaco-Servitur amenazaron con presentar sus declaraciones de impuestos en ceros, advertencia ante la cual el Servicio de Administración Tributaria, ni tardo ni perezoso, apuntó que presentar declaraciones de impuestos en ceros, cuando no sean reales, “tiene consecuencias jurídicas”, lo cual es cierto, estando en ello parte del problema: haga lo que haga el gobierno, y hágalo como lo haga, o deje de hacer lo que deje de hacer, y deje de hacerlo como deje de hacerlo, los contribuyentes tienen la obligación legal de pagar, en monto, tiempo y forma, los impuestos que las leyes les impongan. Obligación legal, ¿también ética?

De acuerdo, declarar falsamente en ceros tiene consecuencias legales. Y que el gobierno no cumpla con sus tareas esenciales, de entre las cuales la más importante es defender los derechos de los ciudadanos, comenzando por los reconocidos y garantizados en la Constitución, ¿qué tipo de consecuencia, comenzando por la legal, tiene? Insisto: haga lo que haga el gobierno, y hágalo como lo haga, o deje de hacer lo que deje de hacer, y deje de hacerlo como deje de hacerlo, los contribuyentes tienen la obligación legal de pagar impuestos, lo cual es muestra de una injusta asimetría a favor del gobierno y en contra de los ciudadanos, desigualdad que es parte de la esencia de cualquier gobierno, que siempre juega con los dados cargados a su favor, con las leyes redactadas y promulgadas a su favor, comenzando por las tributarias, hasta que los ciudadanos se rebelan. Y una primera forma de rebelión es dejar de pagar impuestos, por más que resulte ilegal, ilegalidad que se justifica éticamente si el gobierno no cumple con honestidad y eficacia sus tareas esenciales, mismas que, en muchos casos -¡tantos que no pueden ser considerados la excepción que confirma la regla!- el gobierno mexicano, a todos sus niveles, no cumple.

 

 

* Arturo Damm Arnal es Economista por la Universidad Autónoma Metropolitana y la licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana, donde también cursó la Maestría en Filosofía. Realizó estudios doctorales en filosofía en la Universidad de Navarra. Es profesor de Teoría Económica y de Análisis Económico del Derecho en la Facultad de Derecho de la UP y de Historia del Pensamiento Económico en la Escuela de Economía de la misma universidad. E-mail:[email protected]

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