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¿Dónde quedó la productividad?

Por: Valeria Mendiola (@ValeMendiola)

 
14 de Marzo del 2017

Artículo publicado en el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.

¿Dónde quedó la productividad?

Por: Valeria Mendiola (@ValeMendiola)

 

“Todos los firmantes, en especial los sectores: laboral y del campo, se comprometen a mejorar la productividad de sus sectores”.

Enrique Peña Nieto, Firma del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, 9 de enero de 2017.

No es ningún secreto que la productividad es uno de los principales motores de crecimiento económico y desarrollo. Pareciera que la actual administración ha estado consciente del tema desde el primer día de su mandato. La palabra “productividad” aparece 117 veces en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 publicado en el Diario Oficial de la Federación. El tema no solo estaba en la agenda nacional de la administración entrante, sino que, además, era una de las tres estrategias transversales sobre las cuales se trabajaría a lo largo de seis años.

No obstante esta claridad en la urgencia por detonar incrementos importantes en la productividad, los resultados durante los últimos años han sido desalentadores. En los últimos 4 años, la productividad laboral del país ha crecido a un ritmo de 0.5 % promedio anual. Si se desglosa por año, el crecimiento de la misma ha sido de 0.1 %, 1.9 %, -0.1 % y -0.1 % respectivamente entre 2013 y 2016.En los últimos 4 años, la productividad laboral del país ha crecido a un ritmo de 0.5 % promedio anual.

Elevar la productividad no es una tarea sencilla, pero el camino más eficiente para lograrlo no es la mención de la misma en discursos ni compromisos colectivos. Requiere de una estrategia de largo plazo e inversión pública en las áreas correctas. La inversión pública se vuelve un aspecto clave en un momento en el cual la misma está en niveles históricamente bajos, en apenas 3.2 % del PIB durante el tercer trimestre de 2016.

Hace unos días el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó el estudio En busca de mayores niveles de ingreso per cápita: ¿Cómo priorizar a través de los determinantes de productividad?”. El análisis divide las potenciales áreas de inversión en ocho distintos sectores: mercado financiero, educación, salud, infraestructura, innovación, integración y comercio, empleo y telecomunicaciones, y argumenta que, dependiendo del nivel de desarrollo de cada país, el enfoque de la inversión debe ser distinto. Asimismo, el estudio del BID clasifica a los países de acuerdo a su nivel de PIB per cápita en cuatro “clusters” distintos, donde en el clúster 1 se agrupan aquellos países con los menores niveles de PIB por habitante. México está en el tercer clúster, con potencial para ser desarrollado pero aún con cierto camino por recorrer.

De acuerdo con los resultados del estudio, las áreas más redituables para invertir y recibir altos retornos en productividad para los países similares a México son el mercado financiero, infraestructura y salud. Si México se enfocara principalmente en estos tres principales sectores al invertir, se estima que los resultados en productividad, crecimiento económico y PIB per cápita serían más gratificantes. Resulta particularmente interesante la necesidad de invertir en infraestructura y salud dado el patrón del ejercicio del gasto público actual.

De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el gasto ejercido en subsidios, operación y sueldos de funcionarios fue cuatro veces lo destinado a inversión física durante 2016. Para 2017, se estima que el costo financiero de la deuda pública – intereses y comisiones – será mayor al gasto en inversión física en más de 2 mil 500 millones de pesos. Mientras tanto, México ocupa el lugar 69 de 138 países evaluados en el índice global de competitividad del Foro Económico Mundial en términos de la calidad de su infraestructura.

Por otro lado, la inversión en salud es un primer paso (de muchos) para emparejar el terreno de juego y desarrollo entre la población. De acuerdo con las últimas cifras publicadas por Coneval, 16.9 % de la población en el país no tenía acceso a ningún servicio de salud en 2015. Aunque esta ha sido la carencia social que más ha disminuido en los últimos 5 años, la afiliación no garantiza la atención médica oportuna y de calidad. Adicionalmente, de acuerdo con las últimas cifras disponibles en la OCDE, México es el país donde el gasto público per cápita es menor entre 29 naciones miembro donde hay datos disponibles, al destinar alrededor de 531 dólares anuales por persona a este fin. En contraste, Noruega, Italia y Chile destinan 5 mil 22, 2 mil 481 y 776 dólares per cápita ajustados por poder de paridad de compra respectivamente.

En un mundo de recursos escasos y promesas ilimitadas, clasificar y priorizar el destino del gasto público no es un tema menor. La productividad no se eleva a través de acuerdos, compromisos o discursos, sino que es un tema complejo, que requiere de inversión pública, planeación y tiempo. La productividad es un factor determinante para el crecimiento y desarrollo del país, difícil de arreglar en una sola generación y aún más complicado en un solo sexenio. El error sería continuar postergando las inversiones necesarias a alguna administración futura que podría nunca llegar.

 

* Valeria Mendiola es investigadora de @MexicoComoVamos.

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