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Hablemos de progreso

Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)

 
26 de Junio del 2017

Artículo publicado en Animal Político.

Hablemos de progreso

Por: Valeria Mendiola (@ValeMendiola) y Valeria Moy (@ValeriaMoy)

En los últimos meses se ha discutido, cada vez con mayor intensidad, la medición de la pobreza en México. Existen diversas posturas sobre el tema, desde la correcta medición de los ingresos que reportan los hogares, hasta el valor de la canasta alimentaria y no alimentaria necesaria para que cada hogar pueda satisfacer sus necesidades básicas. La medición de la pobreza es un tema complejo, que puede prestarse a malos manejos políticos que distorsionen el rumbo de la discusión.

El Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval) es el encargado de medir la pobreza en México. Coneval ha diseñado una herramienta de medición multidimensional, la cual evalúa no solo el nivel de ingresos de las personas, sino también seis carencias sociales de rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de vivienda, acceso a servicios básicos de vivienda, y acceso a la alimentación. De acuerdo a las definiciones del Coneval, una persona es pobre cuando sus ingresos no le permiten adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria, y presenta al menos una carencia social. Una persona vive en pobreza extrema cuando sus ingresos son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria y, además, presenta tres o más carencias sociales.

De acuerdo con los últimos datos disponibles, 46.2 % de la población mexicana vivía en pobreza en 2014, y 9.5 % en pobreza extrema. Esta medición es un buen primer paso para procurar que la población se desarrolle a partir de un piso ligeramente más nivelado, aunque aún está lejos de asegurar las mismas oportunidades para todos. Hay indicadores de discriminación, seguridad, libertad y corrupción, por mencionar algunos, que desempeñan un papel fundamental en las barreras que una misma sociedad impone a sus habitantes.

Hace unos días, México, ¿Cómo Vamos? se unió a la iniciativa Social Progress Imperative para la difusión del índice de progreso social 2017 (SPI por sus siglas en inglés). El SPI es desarrollado cada año por académicos e investigadores internacionales que miden el progreso de los países con base en 50 indicadores de necesidades humanas básicas, bienestar y oportunidades. El SPI analiza la capacidad de un país de traducir crecimiento en progreso, al mismo tiempo que señala las principales barreras que impiden el desarrollo de una sociedad.

En la última edición, México ocupó el lugar 48 de 128 países evaluados. Mejoró en el ranking respecto a la posición 50 que ocupaba en 2016. Sin embargo, aunque ha mostrado ciertos avances, el crecimiento en el índice para México, de 1.9 % desde 2014, ha sido lento a comparación del promedio mundial, de 2.6 %. México ha mostrado importantes mejoras en el combate a la desnutrición, con menos del 5 % de su población viviendo en esta condición, y en la tolerancia hacia los homosexuales, donde ocupa el lugar 28 de los 128 países en el índice. Asimismo, en el último año México logró pasar del lugar 68 al 53 en el indicador de acceso a internet.

En cuanto a las debilidades que enfrenta el país, la falta de seguridad personal está entre los principales focos rojos para el progreso: México ocupa el lugar 118 de 128 países en este indicador. En términos de libertad de prensa, que también considera las medidas llevadas a cabo por las autoridades para protegerla, México está en el lugar 114 del ranking. La percepción de la corrupción en el sector público no solo es alta, sino que además continúa deteriorándose; caímos 15 lugares en un año, al pasar del puesto 78 al 93. Curiosamente, aunque pedimos que países como Estados Unidos trate bien a nuestros migrantes, México es un país poco tolerante hacia los inmigrantes; ocupamos el lugar 86 de los 128 países del índice. Finalmente, a pesar de los avances en el acceso a internet, a la fecha solo 6 de cada 10 mexicanos tienen acceso a la red.

El SPI nos presenta una fotografía de la realidad. Con él, podemos ir más allá de las variables meramente económicas, nos da herramientas que impulsan a la acción. Crecer económicamente es fundamental, pero no es suficiente para eliminar barreras de discriminación y libertad, entre otras, que impiden que todos los individuos de un país desarrollen su potencial.

 

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