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El peculiar comportamiento de la tasa de desempleo

Por: David Kaplan (@David_S_Kaplan)

 
19 de Septiembre del 2017

Publicado en el blog de México, ¿Cómo Vamos? en Animal Político.

El peculiar comportamiento de la tasa de desempleo

Por: David Kaplan (@David_S_Kaplan)

La tasa de desempleo es el indicador más citado en los análisis del mercado laboral, pero en ocasiones los resultados de este indicador no son intuitivos. En México, por ejemplo, la tasa de desempleo es menor para quienes tienen menores niveles educativos. En el segundo trimestre de 2017, la tasa de desempleo fue 3.5 % en general, pero solo 1.5 % para personas que no habían terminado educación primaria, 2.4 % para personas con primaria completa, 3.6 % para personas con secundaria completa, y 4.5 % para personas con educación media superior o superior. Un análisis superficial de estos resultados parecería indicar que las personas con menores niveles educativos tuvieran menos problemas en el mercado laboral.

Algo parecido ocurre en el caso de género. En el segundo trimestre de 2017 la tasa de desempleo fue ligeramente mayor para mujeres que para hombres (3.6 % versus 3.3 % respectivamente), pero no siempre es así. En el cuarto trimestre de 2010, por ejemplo, la tasa de desempleo para mujeres fue 0.8 puntos porcentuales menor para mujeres que para hombres (4.8 % versus 5.6% respectivamente). Una vez más, un análisis superficial de estos resultados parecería indicar que las mujeres no enfrentaran mayores problemas en el mercado laboral que los hombres, al menos no de manera consistente en el tiempo.

Con estos resultados no intuitivos vale la pena explicar en grandes rasgos cómo se define la tasa de desempleo. Sin entrar en muchos detalles, para ser clasificada como desempleada una persona tiene que tener dos características. La primera es que, en la semana de referencia, la persona no pudo haber trabajado. La segunda es que, en la semana de referencia, la persona tuvo que haber intentado conseguir un trabajo. La tasa de desempleo se calcula dividiendo el número de desempleados entre la Población Económicamente Activa (PEA), que es la suma de los ocupados y los desempleados.

Es importante notar que hay un sinfín de problemas laborales además del desempleo. Dos de estos problemas, similares pero no idénticos al desempleo mismo, son el subempleo y el “desempleo encubierto”. El subempleo se compone de las personas que sí trabajan pero tienen la necesidad y disponibilidad para trabajar más horas. El “desempleo encubierto” se compone de aquellas personas que no trabajan ni buscan empleo, así que técnicamente no son parte de la PEA, pero están disponibles para trabajar. Estas personas no buscan trabajo por desaliento o porque piensan que no existen opciones laborales viables.

Con los conceptos mencionados en el párrafo anterior en mente, los investigadores David Blanchflower y Andrew Levin han construido un indicador que se llama la brecha laboral, que podría considerarse como un indicador más amplio o completo que la tasa de desempleo. En esencia es un concepto sencillo; a la tasa de desempleo se le agrega la tasa de subempleo y la tasa de desempleo encubierto para tener un indicador más amplio que incluye los tres problemas laborales.

Específicamente, el numerador de la brecha laboral es el número de personas en las siguientes situaciones: desempleo, subempleo, o desempleo encubierto. El denominador es la Población Económicamente Activa más los que se encuentran en el desempleo encubierto. Este denominador se puede denominar la Fuerza Laboral Potencial. En México los primeros en usar la brecha laboral en sus análisis (hasta donde sé) han sido Jonathan Heath aquíLuis Foncerrada y Sergio Hernández aquí.

¿Qué pasa cuando usamos este indicador para analizar el mercado laboral? La siguiente gráfica muestra los resultados, desglosando la brecha laboral en sus tres componentes[1]. A nivel agregado, la brecha laboral es de 19.1 %. El componente de desempleo es de 3.1 %, el componente de subempleo es de 6.3 %, y el componente de desempleo encubierto es de 9.7 %. Pero pienso que los resultados más interesantes son las diferencias entre niveles educativos y entre mujeres y hombres. A diferencia de la tasa de desempleo, un análisis de la brecha laboral muestra peores resultados para los de menores niveles educativos y las mujeres.

Veamos primero los resultados en cuanto a nivel educativo. Se aprecia que la brecha laboral es claramente mayor para los niveles educativos más bajos. En cuanto a los componentes, se observa que el desempleo es un fenómeno de mayor importancia para los niveles educativos mayores mientras el subempleo y el desempleo encubierto son fenómenos de mayor importancia para los niveles educativos más bajos. Ahora veamos los resultados en cuanto a género, donde se observa que la brecha laboral es sustancialmente mayor para mujeres que para hombres (24.3% versus 15.5% respectivamente). El componente de desempleo es similar entre mujeres y hombres, el componente de subempleo es mayor para los hombres, pero el componente de desempleo encubierto es muchísimo mayor para las mujeres.

En conclusión, el uso de la brecha laboral en vez de la tasa de desempleo para analizar el mercado laboral mexicano genera resultados más intuitivos. La tasa de desempleo es menor para los niveles educativos bajos y muy similar entre mujeres y hombres. Estos resultados contrastan con la realidad, evidente a simple vista, que las mujeres y personas con niveles educativos bajos sufren mucho más en el mercado laboral. Al incorporar el subempleo y el desempleo encubierto, además del desempleo “tradicional”, la brecha laboral muestra resultados diferentes. En el caso de las personas con niveles educativos bajos, a pesar de los bajos niveles de desempleo, la brecha laboral es mayor debido a niveles mayores de subempleo y desempleo encubierto. En el caso de las mujeres, a pesar de un nivel similar de desempleo y un menor nivel de subempleo en comparación con los hombres, el enorme desempleo encubierto hace que la brecha laboral de mujeres sea mucho mayor. Es decir, hay muchas mujeres que quisieran trabajar pero, por falta de oportunidades, piensan que ni siquiera vale la pena buscar.

 

* David S. Kaplan es Especialista Sénior en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos.

 

 

[1] Los componentes de desempleo de la Brecha laboral tienen valores menores que las tasas de desempleo citadas en los párrafos anteriores porque el denominador de la brecha laboral es mayor (incluye el desempleo encubierto).

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