Opinión
Hay que lavar la tina, pero sin que se nos vaya el niño por el sifón. Las políticas de igualdad e inclusión no necesariamente están peleadas con el crecimiento económico. Los mexicanos somos desiguales en ingreso y riqueza, pero mucho más desiguales en acceso a la justicia, oportunidades para participar libremente en los mercados, especialmente mercados críticos como el laboral y el financiero. Si dejamos de ser un país de cuates y empezamos a ser un país de respeto a las leyes, la tasa de crecimiento mejorará. Si nuestra política gubernamental es competencia abierta en los mercados, en lugar de polarización y encono social, ahorraremos más, invertiremos mejor, y la economía crecerá.