Isaac Guzmán Valdivia Tovar
Opinión
El análisis del informe 2022 sobre pobreza multidimensional emitido por el CONEVAL revela panorama complejo para México. Por el lado positivo, se observa una reducción importante en la pobreza multidimensional en comparación con el periodo anterior a la pandemia; la cual se situaba en el 41.9% de la población en 2018 (equivalente a 51.9 millones de personas) y descendió al 36.3% (46.8 millones de personas) en 2022.
Esta disminución se atribuye principalmente a la elevación de los ingresos laborales reales en el sector formal. De acuerdo con los registros del IMSS, estos ingresos han experimentado un incremento sustancial desde 2016. Adicionalmente, otras fuentes de ingreso que son de relevancia para los segmentos poblacionales de menor ingreso, como las remesas y las transferencias gubernamentales, también han registrado un aumento en los últimos años, contribuyendo así a la mencionada reducción en la pobreza multidimensional. De continuar aumentando la nómina formal real como ha sucedido en 2023 derivado de las inversiones por la coyuntura del Nearshoring, podemos esperar que esta tendencia continúe a la baja.
Sin embargo, los datos del CONEVAL también muestran otros desafíos. El porcentaje de población en situación de pobreza extrema se recuperó en 2020, para mantenerse en 7.01% en 2022, porcentaje similar al de 2018. Además, se ha evidenciado un incremento considerable en las carencias relacionadas con la educación y el acceso a servicios de salud, lo cual pone de manifiesto la imperante necesidad de abordar problemas estructurales. Esto da señales de que además de la mejora en los ingresos, es necesario implementar estrategias para atender estos problemas estructurales y permitan combatir la pobreza de manera más efectiva y sostenida.