Opinión
Independientemente de lo que hagan los gobiernos de otros países, el gobierno mexicano debe, no solo mantener la apertura comercial que ya tenemos, sino avanzar por el camino de la misma, teniendo en cuenta los dos efectos positivos que las importaciones traen consigo: 1) más y mejor oferta de bienes para los consumidores mexicanos; 2) más competencia para los productores nacionales, lo cual los obliga a volverse más competitivos en beneficio de los consumidores.
El impulso a la IED debe darse de manera correcta, no a base de privilegios, y parte esencial de ello es hacer valer el Estado de Derecho. También es deseable una reforma fiscal que no sólo reduzca sino que elimine el cobro de impuestos a las empresas (algo que la mayoría ni siquiera es capaz de imaginar). Ello detonaría de manera importante la competitividad de la economía mexicana, haciéndola mucho más atractiva para la IED.