Opinión
Dado que el gobierno enfrentará una restricción presupuestal dura, sin márgenes mayores para endeudarse, los proyectos de inversión tienen que ordenarse de acuerdo a la rentabilidad social que tendrá cada uno de estos. Es necesario, en consecuencia,
elaborar una evaluación social, tomando en consideración el precio sombra de cada uno de los recursos que se utilizarían (mano de obra, divisas, tierra, etc.) y utilizar una tasa de descuento que refleje el costo de oportunidad social de los fondos públicos. Además, será importante evaluar asociaciones público - privadas en diferentes proyectos.
Sin tener un listado conocido de posibles proyectos habría que considerar inversión en transporte (carreteras, puertos y aeropuertos, terminándo el NAICM actualmente en construcción); comunicaciones (por ejemplo satélites de comunicación);, ampliación y modernización de planteles educativos y del sector salud, incrementar la capacidad de generación de energía eléctrica con fuentes hidrológicas y geotérmicas y ampliación de la red de ductos para gas natural hacia el sur del país.
Es necesario descartar proyectos con rentabilidad social negativa como son una nueva refinería y el ferrocarril turístico de la península yucateca.