Opinión
Me cuesta trabajo encontrar aspectos positivos en el paquete. Creo que es válido que entremos en una discusión seria sobre pensiones y salarios, no basada en buenos deseos sino en hechos reales, financiamiento, participación de trabajadores y empresas y factibilidad. La propuesta actual sólo enuncia buenos deseos.
En lo que se refiere a problemáticos y negativos creo que hay varios aspectos interesantes. Primero no es el momento adecuado cuando quedan unos cuantos meses para la elección y para el cambio en el Poder Ejecutivo; por ello los comentarios sobre que son electoreras las propuestas y así parecen. Segundo porque al leer las propuestas no contienen los elementos necesarios para pasar de ser una idea u ocurrencia a una propuesta de reforma constitucional. Faltan los Comos y los para Qué. Las exposiciones de motivos están llenas de juicios de valor e ideología y no queda clara qué buscan que en verdad merezca ser un cambio a la constitución. Decir que es regresar al espíritu del texto original, 1917, implica desconocer o descalificar todo lo que nuestro país ha evolucionado en más de 100 años, lo que el entorno nacional e internacional ha cambiado e incluso que nosotros como individuos somos diferentes. Sólo recordar que el esa constitución las mujeres no existían, entre otras cosas no podían votar, ni qué decir de las comunidades diferentes, de los derechos de os niños y de los mayores, en fin, pretender que éramos un mejor país hace 107 años no me parece un buen punto de partida.
Es cierto que todo se puede mejorar, que todo se puede discutir, pero el momento y el propósito son fundamentales y me parece que ni es el momento ni los propósitos son claros y compartidos.