Opinión
Depende - Cualquier cambio de política económica del tipo subir o bajar impuestos, hacer la estructura fiscal más o menos progresiva, extender la cobertura sanitaria a grupos de la población antes desprotegidos o, como en este caso, subir el salario mínimo, involucran costes y beneficios que deben ponderarse adecuadamente. Para eso, académicos en todo el mundo realizan estudios y someten sus resultados al escrutinio de otros académicos y de la sociedad que, al final del día, es la que toma las decisiones.
El objetivo de los salarios mínimos es reducir la desigualdad en el ingreso laboral pero las consecuencias de aumentar los salarios mínimos son inciertas. Desde el punto de vista teórico los economistas debemos ser claros sobre el tipo de economía que tenemos en mente. Si es una economía en la que los mercados laborales funcionan de forma competitiva y los salarios mínimos se establecen por encima del precio de la mano de obra, la subida resultará en un aumento del desempleo, ya que habrá empresas que no estarán dispuestas a contratar tantos trabajadores por ese nuevo salario.
En cambio, si pensamos que las empresas que contratan en México tienen poder de mercado y pueden fijar un salario por debajo de lo que el trabajador aporta a la empresa, entonces subir el salario mínimo podría aumentar el empleo y reducir la desigualdad al mismo tiempo. Determinar el grado de competitividad en los mercados laborales es algo tremendamente complejo de medir y no tenemos una respuesta clara al respecto.
La situación en México es aún más compleja ya que es un país donde la informalidad y el autoempleo son alternativas fáciles para escapar de cualquier regulación o impuesto que establezca el gobierno y todo empeora si tenemos en cuenta que los trabajadores son cada vez más fáciles de sustituir por máquinas y no podemos (ni debemos) oponernos al cambio tecnológico que se nos viene encima.
Además, México tiene un margen enorme para modificar su política fiscal, haciendo el impuesto sobre la renta más progresivo, eliminando la regresividad del sistema de cotizaciones sociales, mejorando la regulación de las AFOREs, mejorando las prestaciones que ofrece el IMSS, invirtiendo en capacitación y vigilando con más celo que se cumplan las leyes laborales.
Sobre las medidas sugeridas en el párrafo anterior hay un consenso entre los economistas mucho mayor que respecto de los salarios mínimos y por ese motivo me gustaría que se discutieran antes que centrar el debate en una política sobre la que existen tantas incertidumbres.