Los tres aspectos prioritarios que deberán atenderse para que las ZEE sean exitosas son:
- el acceso a la infraestructura adecuada
- la integración de las regiones a las cadenas productivas
- la transparencia y rendición de cuentas
Sorprende que en los planteamientos del gobierno federal se omita el factor más importante para el éxito de las Zonas Económicas Especiales: las personas.
Las ZEE serán exitosas en la medida que generen bienestar para los más pobres con base en su capital humano. La creación de valor agregado, la inversión y el empleo formal de las ZEE no son fines en si mismos, son medios para promover desarrollo regional equitativo. Concretar buenos negocios y empleos para unos cuantos no es sinónimo de éxito de las ZEE.
El capital humano que impulsen y utilicen las ZEE es la vía más directa para promover el bienestar de las personas. Las ZEE fracasarán si descuidan la salud, la educación y la capacitación laboral locales.
Sin atención al mercado de trabajo local y derramas fiscales regionales, las ZEE corren el riesgo de convertirse en enclaves económicos. Las ZEE están en camino de crear islas de actividad productiva desligadas de las personas que quieren beneficiar.
La informalidad en el mercado de trabajo es generadora de ineficiencia y desigualdad y por ello inhibe el desarrollo y la movilidad sociales.
La informalidad laboral tiene múltiples causas y atenderla requiere diversas acciones. La principal vía para reducir la informalidad es el establecimiento de un sistema de seguridad social universal.
El actual sistema de seguridad social es oneroso para el sector formal y da incentivos a la informalidad. Las reformas a la seguridad social de la presente administración han sido, en el mejor de los casos, incompletas, y en el peor, engañosas.
El combate a la informalidad debe complementarse con acceso efectivo al crédito para las pequeñas empresas. La expansión del crédito para acabar con la informalidad requiere un sistema financiero más competitivo.
La formalidad laboral se fortalece con el combate a la corrupción, la simplificación fiscal y el desmantelamiento de trabas locales a la competencia.
Entre 2010 y 2015, la recaudación ha aumentado 7.6% en promedio anual. El gasto público, incluyendo los recursos destinados a inversión, ha aumentado 8% en promedio anual. En esos mismos años, la deuda se ha incrementado en 12.9% en promedio anual.
1. Con base en estas cifras usted considera que el incremento de la deuda:
a) Es sostenible para las finanzas públicas
b) Es preocupante para las finanzas públicas
c) No impacta a las finanzas públicas
2. ¿Por qué?
1. b) Es preocupante para las finanzas públicas.
2. La historia reciente de la recaudación, el gasto y la deuda no sería preocupante de no ser porque las perspectivas de la economía nacional no lucen bien. Con menores expectativas de crecimiento, la desaceleración de la recaudación anticiparía un mayor endeudamiento y/o más recortes al gasto. Endeudarse en el futuro será más costoso ante el riesgo crediticio que representaría México. Reducir adicionalmente el gasto puede afectar crucialmente la calidad del mismo. Un ejemplo de malos recortes al gasto es la reducción del correspondiente a la formación de capital humano en la niñez que ha señalado UNICEF.
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