Sin duda con políticas que incidan sobre la productividad de los trabajadores (y trabajadoras), pues así crecería la brecha salarial entre el sector formal y el informal, volviéndose menos atractivo trabajar en este último, en el margen. Dicho sea de paso, esta brecha es menor a la de los países de alto desarrollo.
Para ello puede convenir incentivar la inversión pública y privada, pero sobre todo invertir en las personas (aunque los beneficios no lleguen rápidamente).
En concreto, elevar la cantidad y calidad del capital humano, entendiéndose como una canasta que incluye el acceso a educación, capacitación para el trabajo, salud, nutrición y planificación familiar (las mujeres adolescentes que se embarazan dejan de estudiar y ello contribuye a que la pobreza se replique en el tiempo).
No creo que el mero combate a la informalidad, desde una perspectiva de ley y orden sea suficiente para resolver este asunto.
Entre 2010 y 2015, la recaudación ha aumentado 7.6% en promedio anual. El gasto público, incluyendo los recursos destinados a inversión, ha aumentado 8% en promedio anual. En esos mismos años, la deuda se ha incrementado en 12.9% en promedio anual.
1. Con base en estas cifras usted considera que el incremento de la deuda:
a) Es sostenible para las finanzas públicas
b) Es preocupante para las finanzas públicas
c) No impacta a las finanzas públicas
2. ¿Por qué?
1. b) Es preocupante para las finanzas públicas.
2. Sin duda es un poco preocupante. Existen componentes estructurales en el gasto público, como pasivos contingentes asociados a la seguridad social y el mayor gasto en salud derivado del envejecimiento de la población, que limitan el margen de maniobra para ajustarlo sin afectar la inversión. No está mal que se gaste en salud y pensiones, aunque conviene hacerlo más eficientemente. Hay que agregar el mayor pago de intereses por la creciente deuda pública. Aparentemente, el año pasado no fue fácil reducir el gasto en el monto pretendido en Hacienda. Los ingresos tributarios han crecido, como resultado de la reforma fiscal y su adecuada administración en SAT. Lamentablemente, la caí¬da en el ingreso petrolero es muy considerable, lo cual lleva inevitablemente a que se contrate más deuda. Al final, se pierde margen de maniobra macro. La caída en el gasto de inversión implica que probablemente será menor el crecimiento económico futuro.
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